Una melodía de piano delicada y emotiva abre esta pieza cinematográfica, que se construye con elegancia con exuberantes y elevadas cuerdas y etéreas voces femeninas sin palabras. La pista se hincha hasta un crescendo poderoso e inspirador antes de resolverse en un final esperanzador y reflexivo. Perfecto para narraciones sinceras, escenas de películas dramáticas y contenido inspirador.